Comenzamos nuestra aventura nicaragüense, después de un largo periplo desde Extremadura, con la llegada al Centro de Capacitación de Ticuantepe, donde nos ha recibido una banda de mariachis que amenizó la velada.
Así, se nos olvidó, por unas horas, el cansancio acumulado por los integrantes de la séptima brigada de Jóvenes con América Latina en el viaje, que se resume en casi 50 horas de camino repartidos en autobuses, aeropuertos, un avión y una noche en San José (Costa Rica).
Así, se nos olvidó, por unas horas, el cansancio acumulado por los integrantes de la séptima brigada de Jóvenes con América Latina en el viaje, que se resume en casi 50 horas de camino repartidos en autobuses, aeropuertos, un avión y una noche en San José (Costa Rica).
En nuestro primer día en Nicaragua, hemos subido al volcán Mombacho, hemos visitado la ciudad de Granada y nos hemos adentrado en barca en las isletas de esta ciudad, bañada por el gran lago Cocibolca.
Cuentan los lugareños que nos acompañan en el viaje (Alfredo y Jonathan) que los pueblos cercanos a Mombacho son pueblos embrujados y constantes historias supersticiosas. La panorámica de imágenes que ofrece este entorno certifica que se trata de un embrujo determinado por su componente más sagrado: su naturaleza. Se trata de un entorno natural, caracterizado por una infinita biodiversidad y el respeto constante de los nicaragüenses con su su medio ambiente.
Nuestra visita ha comenzado en la Reserva Natural de Mombacho , una cadena volcánica cercana al Océano Pacífico en la que destaca un conjunto de cráteres en activo que expulsan vapor de azufre y la presencia de un bosque tropical en estado virgen.
El Mombacho ofrece una abundante masa forestal y tonalidades verdosas que alcanzan cotas inimaginables. En todo este entramado natural, los vecinos de las comunidades conviven, sin tensiones, con su naturaleza, una naturaleza que embruja y engancha.
La flora de Mombacho se compone de más de 700 especies de plantas y casi 200 variedades de aves, a lo que se añade el atractivo de sorprender con el descubrimiento de nuevas especies.
Helechos prehistóricos, bosques enanos y nublados, así como plantas terrestres o epíticas (viven encima de la superficie arbórea, sin enraizarse en el suelo) son algunos otros de los atractivos de esta reserva, que devuelve a la atmósfera cada año un total de 60.000 toneladas de oxígeno puro.
Ha sido un día nublado en el que, aunque no hemos podido disfrutar del paisaje en todo su esplendor, hemos contemplado una atmósfera selvática, con un clima húmedo que se entremezcla con multitud de líquenes, musgos y gigantescos árboles; y el murmullo constante de los animales.
A continuación, hemos visitado el lago Cocibolca, la segunda masa de agua dulce más extensa de Latinoamérica, con una extensión de más de 8.500 metros cuadrados y 400 isletas que ofrecen un paisaje espectacular. Nos hemos adentrado en sus aguas en una lancha conducida por un barquero que nos ha mostrado algunos de sus detalles, como la presencia de escuelas infantiles junto a la orilla del lago y las edificaciones instaladas en sus islas.
El viaje ha concluido con una visita a la ciudad de Granada, una antigua villa de la España colonial en la que conviven edificios antiguos con sencillas viviendas de colores que nos ofrecen la imagen más amable del Pacífico. La gente pasea por sus avenidas y el Palacio Municipal sin prisas, habitan las calles con una armonía y llenan de vida los rincones de esta antigua metrópolis comercial, a la que acudieron españoles, ingleses, holandeses y franceses en búsqueda de la ruta de indias.
Jo, kiyo, cuanta envidia de la sana.......enjoy! =)
ResponderEliminarNaturaleza embrujadora, añadiría yo. Enhorabuena por esas primeras fotazos y experiencias nicaragüenses y mucha suerte en el viaje. Te seguiremos por aquí.
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