viernes, 17 de diciembre de 2010

No me siento extranjero


Por el arcén de la Autopista Panamericana corre un niño de cinco años. Unos metros más arriba, aparecen otros dos niños que arrastran una rueda de bicicleta y su palito de madera. Con estos simples utensilios, disfrutan mientras hacen girar la circunferencia a gran velocidad.
Niños jugando con una rueda en una comunidad
Un rato de juego en la comunidad
 Sus miradas contagian felicidad. Los niños nicaragüenses irradian una mezcla de travesura e inocencia que los convierte en seres indispensables. Son el futuro de Nicaragua y su protagonismo en las calles demuestra que el país está vivo.

Más tarde, contemplo la alegría de otros cuatro niños uniformados que terminan sus días de colegio y cogen las vacaciones de verano, ahora en diciembre. Hace calor, la purpurina tintada en sus ropas y sus caras delatan su alegría: no volverán a la escuela hasta febrero, y tendrán tiempo de pasear por los campos de frijol y los cafetales mientras saborean, por ejemplo,¡un rico limón dulce!
La sonrisa de los niños nicas
 La Autopista Panamericana, que posee una extensión de 48.000 kilómetros de largo y se extiende desde Alaska hasta la Patagonia (Argentina), se compone, a su paso por Nicaragua, de una escala de verdes, amarillos, azules, turquesas y rojos. Este espectáculo cromático lo conforman las numerosas viviendas que atraviesan la gran ruta, así como las vacas, cerdos y gallinas que buscan alimento entre la vegetación.

Viviendas de madera, piedra o cemento. Da igual. Todas poseen su propia seña de identidad, su color característico y su pequeño jardín con plantones de plátano y coco.
Casas de San Juan del Sur
Viviendas de San Juan del Sur

También queda constancia, como no, de los efectos perversos de la pobreza. Se trata, por ejemplo, de inmuebles de plástico y uralita con familias enteras que soportan las inclemencias del tiempo y el hambre con pocos recursos, pero con mucha dignidad.

Desde el autobús de Rigo, el gran Rigo (nuestro conductor nica durante este mes de aventuras y rutas), las villas se entremezclan entre árboles tropicales y bosques habitados por singulares especies. Cuando llegué, todas eran desconocidas para mi, pero ahora comienzan a ser habituales y cercanas.

En mi tercera semana en Nicaragua, entré a comprar unos chicharrones en una pulpería (los ultramarinos nicaragüenses en los que uno encuentra desde un pedazo de yuca, un paquete de cigarrillos Belmont o un mechero-linterna). En ella, uno de los clientes me preguntó cómo veía un extranjero, como yo, su país.

Me quedé confuso, por el simple hecho de haber perdido hasta ese momento la percepción ser extranjero. Llevaba tres semanas en estas tierras sin tener la sensación de serlo, sin plantearme esta posibilidad.

No me siento extranjero en este país, estoy cómodo, tranquilo. La actitud rebelde de sus habitantes es un ejemplo para el europeo de a pié, instalado en el conformismo que aporta una vida cómoda y consumista. Esta gente no es pobre, este pueblo es generoso y rico en valores.
Mujer campesina de La Enramada
Señora campesina con las siglas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)
La oportunidad que he tenido, de convivir con una familia campesina en las comunidades de San Jerónimo y Uribaite, me ha marcado.  La experiencia me ha acercado al modo de vida de personas generosas que viven con pocos recursos, pero grandes de corazón. Personas que comparten lo poco que quieren, inquietas por conocer.

Nicaragua, como diría un nicaragüense, es hermosa. Tiene carácter para dejar de estar empobrecida. Me da pena irme de aquí, pero no estoy triste, sé que voy a volver.

En la última comunidad, en Urbiate, hice una promesa, junto al resto de mis compañeros. Un árbol fue testigo de este juramento, volveré a Nicaragua y a esta comunidad, donde me trataron tan bien.

Es cierto que el tiempo, y 12.000 kilómetros de distancia, representan a priori un obstáculo. Pero estoy convencido de que regresaré. Lo sé, lo intuyo y lo abarrunto.

Mientras tanto, tendré presente a mi “Nicagarua, Nicaragüita, la flor más linda de mi querer”.

martes, 14 de diciembre de 2010

La Chureca: el infierno de los pobres

Las entrañas de la Chureca, el vertedero de Managua, permanecen en la retina de aquellos que osan entrar en su interior. La estampa se compone de montañas de basura en estado de combustión y decenas de personas escarbando metales y otros desperdicios.

La masa de basura compactada está coronada por cientos de zopilotes, pequeños buitres carroñeros que se unen en la búsqueda de basura, y el humo que expulsan los montones apiñados. El polvo y los hedores completan esta atmósfera en estado de descomposición.
Vertedero de La Chureca (Managua)
Vista general del vertedero de La Chureca (Managua)

En este lugar recogen basura unas 1.500 personas a diario, de las que 800 habitan en su interior. Se calcula que una tercera parte de los inquilinos del vertedero más grande de Centroamérica son niños. Señoras, señores: bienvenidos al infierno de los pobres.

La Chureca, con una extensión de 40 hectáreas, se creó en 1972, cuando comenzaron a acumularse los escombros y residuos que generó el terremoto que destruyó la ciudad de Managua. De este modo, el barrio de Acahualinca se convirtió en un campo de residuos hasta donde llegan a diario 1.500 toneladas de basura.

El recorrido por La Chureca es impactante, desde los coches que nos conducen a su interior se distinguen las siluetas de sus habitantes, que deambulan por los montes de basura y permanecen hacinados en casas de chapa y plástico.

Los desechos se encuentran amontonados en uno de los márgenes del lago Xototlán, cuyas aguas se encuentran altamente contaminadas. Uno de los problemas añadidos reside en los elevados niveles de las aguas que, tras el último invierno, han sobrepasado en 20 centímetros la cota que alcanzaron en 1998 con el paso del huracán Mitch.
Trabajadores del vertedero de La Chureca
Trabajadores de La Chureca
En el centro de una de las montañas de basura, contemplo los restos de un antiguo oso de peluche que comparte espacio con el resto de desperdicios. Sus nuevos compañeros son residuos de hospital, como jeringuillas y sistemas de transfusión de sangre, junto con cajas de cartón y montones de plástico deshilachados.

El suelo se compone de una escala grises y negros que denotan el estado de descomposición de las basuras. Siento aflicción mientras paseo. Las figuras de los trabajadores de la basura se difuminan en el horizonte y altera mi estado de ánimo.

Siento impotencia, creo que no estoy preparado para digerir la presencia de personas, como yo, que nacieron en La Chureca, se han criado en La Chureca y que puede que mueran allí. Este espacio deshumaniza a las personas, las convierte en sombras traslúcidas que recogen basura entre cortinas de humo. Nadie merece vivir así, no hay derecho.

Unos metros arriba, aparece la imagen silenciosa de uno de los vigilantes de La Chureca, montado en burro y tapado con un pañuelo. Se trata de uno de los 'John Wayne' del vertedero, encargado de ahuyentar los animales que intentan comerse las zepas de hierba sembradas en los módulos de basura que han sido sellados.

En la actualidad, el vertedero se compone de cuatro módulos, de los que sólo permanece abierto uno
gracias a los trabajos iniciados en 2007 por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). El proyecto está gestionado por la empresa pública española Tragsa y se inició a partir de la visita que realizó la ex vicepresidenta primera del Gobierno, y ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega, a Nicaragua.
El proyecto dispone de una inversión de 30 millones de euros y contempla el sellado del vertedero, la reubicación de las familias y la instalación de una planta procesadora de desechos sólidos orgánicos, que prevé crear hasta 500 puestos de trabajo.
Vivienda del vertedero de La Chureca
Vivienda de La Chureca
Aunque en un principio se contemplaba el traslado de las familias fuera del vertedero, el proyecto ha determinado la construcción de una urbanización de 250 viviendas en el interior de La Chureca que estarán acompañadas de zonas verdes y pistas deportivas, un centro escolar y un consultorio médico.

El trabajo ha unificado todos los desechos hasta una cota uniforme de basura y se han instalado pendientes para evacuar las aguas, así como una lámina impermeable y otra de tierra bajo la que descansan los desechos. En los vasos tapados se realizan labores de drenaje y se han abierto pozos de captación de gases para trasladar los gases por un gaseoductos.

Mi pregunta es: ¿qué ocurrirá con los trabajadores de la basura, cuando el vertedero haya sido sellado por completo? ¿Podrán ser reinsertados todos los habitantes de La Chureca?

TRABAJOS DE COOPERACIÓN ESPAÑOLA

En nuestra visita, hemos tenido la oportunidad de entrevistarnos con el coordinador general en Nicaragua de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), José Manuel Mariscal, quien nos recibió en Managua. Mariscal ha explicado que Nicaragua representa un destino “prioritario”.

Así, en el periodo 2000-2009 se ha destinado al país centroamericano una inversión de 1.000 millones de dólares procedentes de 60 instituciones y asociaciones, entre las que se encuentran ONG, universidades, fondos municipales y la propia AECID, que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España.

Esta inversión convierte a Nicaragua en el tercer país receptor de ayuda española, después de Marruecos y Colombia, y las zonas prioritarias de actuación son las zonas de Chinandega, Jinoteca, León, Matagalpa y Managua.

Según ha explicado, las nuevas estrategias de cooperación se basan en la ruptura la figura tradicional de donante-receptor. Así, ha explicado que las bases para el desarrollo de un país se basan fortalecer las capacidades de los pueblos, acompañarles en su trabajo de desarrollo, y no en intervenir en su terreno sin escucharles e interactuar con ellos.

“No tenemos que enseñar nada, tenemos que acompañar los esfuerzos que realiza Nicaragua, no crear necesidades y sustituir capacidades”, ha destacado el responsable de la AECID.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Historias de cuatro comunidades del extrarradio de Managua


Los vecinos de Chagüite viven en los márgenes de un camino, alejados de sus casas, desde que las lluvias torrenciales del invierno desbordaron el cauce del Lago Solotlan. Sus viviendas quedaron anegadas y llenas de lodo. Lo han perdido todo.

“No tenemos nada, estamos en la calle, en el camino. Es un lugar que no es adecuado para vivir”, destaca Carlos Lanuza, uno de los damnificados por el temporal.
Viviendas de los vecinos damnificados de Chagüite
Viviendas de los damnificados de Chagüite
 
Alrededor de 40 familias están instaladas en este lugar desde hace tres meses, alejados del peligro que representan las aguas que destruyeron sus viviendas. Viven en unas casas de cinq y plástico improvisadas que les ha cedido el gobierno. En ellas habitan hacinados todas las familias, algunas muy numerosas, junto con los animales y los pocos enseres que lograron recuperar.

La comunidad de Chagüite es un barrio del extrarradio de Managua, situado junto al Parque Industrial de la Zona Franca, una zona libre de impuestos y derechos de importación en la que se encuentran instaladas varias empresas multinacionales de producción textil de la maquila. La mayoría de ellos trabaja en la zona franca.

Aunque disponen de agua y electricidad, sus condiciones de vida son muy desfavorables. Lo han perdido todo y no podrán volver a su hogar. Los pronósticos meteorológicos señalan que esta situación podría volver a repetirse en futuras lluvias.

Lo primero que llama la atención de este poblado improvisado son las miradas de dolor de sus habitantes. Son conscientes de la existencia de una ley que prohíbe la toma de caminos, pero “no les ha quedado otro remedio”, destacan los vecinos.

El Gobierno de Nicaragua les ha ofrecido la posibilidad de trasladarse a unos albergues, pero para ellos no es una buena solución. Disponen de numerosos animales, como gallinas, cerdos o vacas; a los que tendrían que renunciar para vivir en este entorno.
Chagüite
Vecinos de Chagüite

Se genera así un foco de marginalidad en la que hay una población itinerante, que intenta volver a sus lugares de origen unos meses más tarde y se encuentra en constante peligro. La brecha entre la zona urbana y rural nicaragüense está marcada por fuertes contrastes y las consecuencias de los desastres naturales, que una vez más se ceban con las personas más necesitadas. Así, el empobrecimiento de las poblaciones adquiere protagonismo.

El coordinador del Programa Productivo Alimentario del Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR) del Nicaragua, Óscar Torres, ha explicado que el Gobierno trata de buscar una solución para los vecinos de Chagüite . De momento, ha explicado, reciben asistencia sanitaria y se comunican con el Gobierno municipal de Managua, responsable directo de estos vecinos.

Torres ha explicado además que el MAGFOR dispone de una partida de 30 millones de dólares del Banco Mundial para mejorar las condiciones de vida de los damnificados por las consecuencias de las últimas lluvias torrenciales (que ascienden a miles en toda Nicaragua).

Con estos fondos, comunidades como las de Chagüite podrían comprar nuevas propiedades para comenzar una nueva vida. El problema radica, explica Torres, en que se “impone” desde el Banco Mundial una serie de requisitos que las comunidades no pueden asumir.

En concreto, se trata de títulos de propiedad que certifiquen que los campesinos disponen de tierras, que en muchos casos no existe, así como avales que aporten las mensualidades del crédito en caso de que el demandante no pueda hacer frente a los mismos.

Otro de los inconvenientes son los elevados intereses que se imponen y que convierten a estos fondos en un negocio internacional. “El gobierno podría comprar, pero las reglas que se ponen, no lo permiten”, destaca Torres.

Por otro lado, el representante institucional ha explicado que el Gobierno les ha ofrecido a los vecinos la posibilidad de trasladase a vivir a una de las 2.500 viviendas que se construyen en la vecina localidad de La Curva, gracias a los fondos de cooperación que gestiona la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA). Los fondos los gestiona la empresa privada Albanisa de Nicaragua S.A.

Los vecinos se niegan a abandonar sus tierras, en estas viviendas de nueva construcción tampoco podrían tener sus animales y un terreno que cultivar para subsistir, de manera que la situación se vuelve insostenible, se enquista y la marginalidad se vuelve un bucle.

EL ACETUNO

Uno de los elementos clave para salir de esta situación podría ser la organización en comunidad, un elemento que los damnificados han perdido desde sucedió el desastre natural y que contrasta, por ejemplo, con el sistema organizativo de la comunidad El Acetuno. Esta comunidad se encuentra cercana al asentamiento de los vecinos de Chagüite, en el cinturón de Managua también.

La Cooperativa 'Divino Niño' de El Acetuno, por ejemplo, se compone de 40 mujeres que trabajan de manera organizada en la producción de granos y animales de corral. Su nivel de vida no es comparable al que sufren los vecinos de Chagüite.

“Cuando no estábamos organizadas, cuánto estábamos perdiendo”, destaca la secretaria política del Comité de Liderazgo Sandinista (CLS) de la comunidad, Marta Olivas. Es cierto que estos vecinos no sufrieron las mismas consecuencias por el temporal, pero disponen de un sistema de trabajo solidario organizado con la que sobrevivir en casos de urgencia.

Disponen de un fondo común de 76.000 córdobas con el que poder invertir para cualquier clase de proyecto y han comenzado a sustituir sus cultivos tradicionales por prácticas ecológicas. De este modo, han reducido los químicos de sus plantaciones y usan sustitutivos naturales para el control de plagas, así como abonos orgánicos en vez de fertilizantes.

El trabajo en comunidad les ha llevado a iniciar sus propias tareas de alfabetización entre los miembros de la comunidad, por encima de las labores institucionales del gobierno. El elemento solidario es la base de su trabajo y la cooperativa, incluso, ofrece a productores no asociados créditos.

“Que el hombre sienta que su compañero lo está apoyando. Trabajamos juntos para salir hacia adelante”, destaca Marta Olivas.
Las Curvas
Los vecinos de La Curva
LA CURVA

Una situación parecida existen en el barrio de La Curva, donde habitan 700 familias que, a pesar de sus dificultades económicas (el 90 por ciento de la población está desempleada), han logrado algunos logros.

Desde que hace tres años se encuentran organizados, la vida en comunidad ha mejorado. Afirman que “sólo el pueblo salva al pueblo” y han tomado la iniciativa de iniciar proyectos, sin esperar a que los políticos resuelvan algunos de sus problemas.

Entre ellos, destaca la recaudación de fondos por parte de todos los vecinos para construir su propia escuela, sin subvenciones de la administración, debido a que hasta ahora los niños de La Curva tenían que recorrer una distancia de dos kilómetros para asistir a clase .

También se han organizado para meter luz y agua en la comunidad, explica el coordinador de la comunidad, José Ignacio Lazo.

Lazo destaca además que desde que trabajan en comunidad han atraído algunas de las ayudas que concede el Gobierno, como los bonos alimentarios y algunos de los proyectos que subvenciona el ALBA.

LA MONTAÑITA

Para terminar, acudimos a La Montañita, donde la disolución de la antigua cooperativa de 'La Unión' les ha desorganizado y el grupo no puede, por ejemplo, disponer solicitar la legalización de las escrituras de sus tierras.

Los bancos no le ofrecen créditos y las dificultades económicas paralizan su desarrollo. Poseen ciertas barreras, no disponen de agua potable ni de medios para traerla.

Estas son las historias de cuatro comunidades situadas en la periferia de Managua, con diferentes problemáticas y diferentes actitudes ante las que afrontar sus problemas. Estas son las realidades de Nicaragua.



martes, 7 de diciembre de 2010

Omar Cabezas, el centinela de los Derechos Humanos en Nicaragua


El centinela de los derechos fundamentales de Nicaragua. Omar Cabezas, procurador de Derechos Humanos, trabaja en defensa de los derechos esenciales de los ciudadanos nicaragüenses.

Su labor consiste en vigilar y denunciar cualquier entidad del Estado que pueda cometer una violación de los derechos humanos y en su trabajo se ha ganado enemigos. “Soy muy odiado, muy mal querido. Hay muchos políticos, incluso de mi mismo partido, que no me quieren”, explica Cabezas con su temperamento natural.

No tiene inconvenientes en reconocer sus diferencias con algunos de los representantes de la administración pública, pese a que también forma parte de la misma. Según explica, el defensor del pueblo nicaragüense representa el poder “más mal querido dentro del círculo de poderosos”.
Omar Cabezas, procurador de Derechos Humanos de Nicaragua
Omar Cabezas, procurador de Derechos Humanos
 Cabezas, escritor y ex guerrillero, explica que la institución pública más denunciada ante instancias de la procuraduría es la justicia y sus mecanismos de acceso a los ciudadanos. Jueces, policías y funcionarios del Ministerio representan su “mayor dolor de cabeza”. Comenta entre risas que, incluso, algunos magistrados han celebrado concentraciones en contra suya.

Durante la charla que ha ofrecido a los integrantes de la séptima brigada de Jóvenes Voluntarios con América Latina, ha subrayado la independencia de la Procuraduría de Derechos Humanos del resto de administraciones del Estado. Una independencia que viene auspiciada por una ley propia que defiende la institución y el hecho de que el procurador es elegido, obligatoriamente, por dos tercias partes de los diputados de la Asamblea Nacional.

La institución no es un tribunal y sus fallos no son vinculantes, sino orientativos. No obstante, explica, dispone de un buen aliado: los medios de comunicación y el hecho de que las denuncias orientativas que realiza la procuraduría se hacen públicas.

“Se ponen bravísimos, desde el más chico hasta el más grande”, explica Cabezas acerca de la difusión que ofrecen los medios. “No les gusta que sus familias les vean en televisión por haber violado los derechos humanos”. Por ello, añade, se trata de una magistratura de la “conciencia”.

POBREZA, EL PRINCIPAL ENEMIGO DE LOS DERECHOS HUMANOS

Por otro lado, Cabezas ha explicado que en los años 80 y 90 Latinoamérica experimentó un resurgimiento de los golpes militares, donde no había democracias y la asignatura pendiente eran las torturas. En la actualidad, esta situación ha evolucionado y el principal problema es que “la gente no tiene qué comer”.

Así, explica que, por ejemplo, más del 90 por ciento de los reclusos están presos por delitos relacionados con robos. “ Las cárceles están llenas de desgraciados que viven en un continente rico, pero empobrecido”, señala.

Ha criticado la supuesta hegemonía impuesta desde Europa y Estados Unidos en los países latinos, algo que ha favorecido su empoderamiento a través de la explotación de los recursos naturales, de las industrias de la minería o la pesca.

“El problema es que estos salvajes pavimentaron sus calles, hicieron edificios, tienen un nivel de vida brutal. No sólo es producto de su trabajo, sino de nosotros, a quienes dominaron”, lamenta.
“Lo hicieron desde la concentración de la riqueza y el propio sistema ha favorecido que los gobiernos de occidente no vayan contra los pueblos más empobrecidos, sino contra sus propios gobiernos”, según Cabezas. Al respecto, se ha referido a las medidas establecidas por el Fondo Monetario Internacional, como consecuencia de la crisis económica, o los planes de ajuste establecidos por la Unión Europea en países como Grecia, Irlanda y España.

“Lo que se llevaron, ni siquiera lo repartieron entre ellos. Lo repartieron con tanto egoísmo que ahora están en crisis” y las consecuencias, añade, repercuten en supuestas reducciones de las inversiones públicas en educación y sanidad, o la ampliación de la edad de jubilación.

Defiende, por encima de todo, la solidaridad de los pueblos. “Lo único que nos diferencia de los animales es nuestra capacidad de amar, compartir y entregar”.

Por último, ha defendido que estos cambios no se alcanzan solo desde las actitudes revolucionarias, sino desde el pensamiento y la actitud crítica. “La revolución pasa por transformar la mentalidad de la gente”, destaca Cabezas, quien añade que “las transformaciones sociales son procesos que deben ir acompañados por el pensamiento”.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Las Comisarías de la Mujer, la Niñez y la Adolescencia


La violencia de género siempre existió en la sociedad nicaragüense, como en el resto de países. Sin embargo, ha traspasado el espacio privado y se ha convertido en un problema de interés público a través de las Comisarías de Mujer, la Niñez y la Adolescencia, de la Comisaría Nacional de Nicaragua.
Comisaría de la Mujer, la Niñez y  la Adolescencia. Sede de Managua
 Comisaría de la Mujer, Managua
Un total de 59 comisarías de la mujer velan por la defensa de las mujeres y trabajan en casos de violencias intrafamiliar y delitos sexuales en toda la geografía del país. Ofrecen asesoramiento legal, labores de acompañamiento y detención de agresores; todo ello en coordinación con los líderes de barrio, escuelas, cooperativas y ONG, entre otros colectivos.

La violencia machista forma parte de la agenda política de Nicaragua, y lo hace desde las bases culturales. Así, se trabaja en un cambio de los esquemas culturales, basados en el sometimiento de los hombres, a través de la organización de talleres, seminarios y charlas. En ellas, las generaciones más jóvenes son una prioridad.

En mi opinión, se trata de un ejercicio de madurez de toda la ciudadanía, que trabaja por una sociedad igualitaria.
Comisionada general de Violencia de Género, Mercedes Ampíe
Comisionada Mercedes Ampíe
La comisionada general de Violencia de Género, Mercedes Ampíe, nos ha ofrecido una charla en la que ha destacado las buenas prácticas realizadas en este país. Según ha explicado, Nicaragua “es un país pobre, pero con menos delitos de violencia de género” que en el resto de países latinos. Las comisarías representan unas instituciones públicas pioneras en Latinoamérica, y su trabajo se verá reforzado con la futura ley de protección de las víctimas.

De hecho, ha explicado, el personal especializado en temas de género se ha incorporado a los presupuestos generales del Estado, y no desde presupuestos externos de la cooperación. Entre las iniciativas, destacan programas centrados en la integración de maltratadores, con trabajos comunitarios enfocados a cambiar sus actitudes y medidas especializadas en el “control de la ira”.

Los programas se apoyan en la labor de trabajadores sociales, psicólogos, investigadores y abogados, quienes acompañan a las víctimas a instancias judiciales y el Ministerio de Justicia.

En su intervención, la comisionada ha hecho hincapié en que la violencia de género no responde a clases sociales, sino al componente educativo, en el que la formación es una prioridad. Ha concretado que, pese a los trabajos realizados, los casos de violencia han aumentado en 2010 respecto a los datos del año anterior, con un total de 25.800 denuncias interpuestas.
Detalle de la sede de la Comisaría de la Mujer, la Niñez y la Adolescencia. Managua
Cartel
Las ciudades donde más se incremento la violencia machista fueron Managua, Matagalta y León. No obstante, los casos de delitos sexuales se han reducido en un 10 por ciento, respecto a los datos registrados hace un año.

AMNLAE

En nuestra jornada de trabajo también hemos visitado en Managua la sede central de la Asociación de Mujeres Nicaragüenses 'Luisa Amanda Espinoza' (AMNLAE).

Se trata de una organización que trabaja desde finales de los años 70 para favorecer la “incidencia política” de los temas de género en las políticas públicas y la legislación de Nicaragua. Es uno de los organismos nicaragüenses que defienden los derechos de las mujeres y trabaja para mejorar su autoestima y liderazgo.
AMNLAE es una asociación veterana, que organiza su trabajo en cinco áreas divididas en violencia de género, poder y liderazgo de las mujeres, salud, medio ambiente y desarrollo integral de las mujeres. En su trayectoria, ha promovido algunas de las legislaciones aprobadas en la Asamblea Nacional, como las Leyes de Igualdad de Oportunidades, Paternidad Responsable e Igualdad de Derechos y Oportunidades.

La asociación dispone de albergues y hospedajes para maltratadas, mujeres con alto riesgo de embarazo,entre otras actividades.
Cartel de la Comisaría de la Mujer, la Niñez y la Adolescencia. Managua
Cartel en defensa de los derechos de niños y adolescentes
En la actualidad, Carmen y Sara, dos jóvenes del programa Jóvenes Cooperantes, de la Junta de Extremadura, trabajan en Managua con AMNLAE. Su trabajo está coordinado con la Red Iberoamericana para la Cooperación Tecnológica (IBEROTEC) y se centra en la promoción de las mujeres a través de las nuevas tecnologías.

“No sean revolucionarios, sean dignos”


Doña Martha Eriberta Valle parece una mujer sencilla y amable que nos muestra los sistemas de riego instalados de los campos de cultivo de la Federación de Cooperativas de Mujeres Productoras del Campo de Nicaragua (Femuprocam) de Terrabona. Su historia sorprende, ejerció como diputada del Frente Sandinista de Liberación Nacional en la Asamblea Nacional de Nicaragua entre 1996 y 2001, cuando el partido estaba en la oposición.

Su vida siempre fue el campo y una vez que ganó las elecciones el Frente Sandinista se desvinculó de la política. “Hay gente que cuando llega a lo grande, se olvida de sus orígenes”, destaca Martha, quien defiende el trabajo desde las bases rurales, donde siempre se sintió más cómoda.
Doña Marta, Cooperativa Femuprocam (Terrabona)
Doña Martha Eriberta Valle
Podría permanecer en Managua, con un buen puesto, pero lucha desde el campo. “No sean revolucionarios, sean dignos”, destaca Martha mientras resalta que la verdadera revolución es aquella que consigue el progreso de los campesinos, la dignidad de la clase proletaria por encima de grandes consignas revolucionarias.

Me parece una mujer coherente, con una vocación solidaria de corazón, con una fuerza que contagia y que anima a luchar por las clases sociales más desfavorecidas. Defiende que no existen los pobres, sino personas con falta de oportunidades y recursos.

Así, dirige todo su esfuerzo a las familias con más limitaciones y en su cooperativa se han logrado generar hasta diez variedades diferentes de tomate y chile, entre otros productos. Con ello, los lugareños se hacen agentes activos en la vida económica y no se ven obligados a emigrar.

Martha quiere que el mundo rural nicaragüese no emigre, que permanezca en el campo, y ha desarrollado junto al resto de socios de la cooperativa un innovador sistema de riego para la recuperación de las tierras que cultiva, las más áridas del país. “Queremos demostrar que los suelos se pueden mejorar para que la gente no emigre”, destaca.
Campo cultivo de la Cooperativa Femuprocam (Terrabona)
Campos de cultivos de Terrabona (NIcaragua)
La zona de influencia de los cultivos era árida, sus suelos estaban erosionados como consecuencia de las malas prácticas forestales, a lo que se unió el hecho meteorológico de que no lloviera durante 14 años. Sin embargo, la cooperativa de mujeres luchó por cambiar esta situación, y lo hizo a través de la creación de pozos de agua subterránea. Además, han instalado un molino de energía eólica para no depender de las compañías eléctricas. 
 
FORMACIÓN CAMPESINA

En el proceso de promoción de las mujeres campesinas, Martha subraya la necesidad de formar a los campesinos. “Yo me alfabeticé. A nosotros se nos tuvo como ignorantes para explotarnos”, según Martha, quien cree que el proceso formativo hace más libres a las personas.

Sandinista de convicción, no tiene inconvenientes en reconocer los errores que, a su parecer, ha cometido el Gobierno de Daniel Ortega desde que llegó al poder. Así, resalta la necesidad de cambiar los conceptos de educación, una nueva concepción que despierte el espíritu emprendedor, para que el campesino se convierta en actores activos y no en  un mero receptor de ayudas o subvenciones. Este concepto, destaca, se alcanza desde la educación.

Dentro de los proyectos de futuro, la Federación de Cooperativas de Mujeres Productoras del Campo de Nicaragua contempla la creación de un instituto agropecuario que permita fijar la población de estudiantes que, tras estudiar en la ciudad, no regresan a su casa.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Doña Corina: Revolucionaria incansable

Revolucionaria de nacimiento y libre. Así se define Doña Corina, una mujer de 60 años que militó en las guerrillas nicaragüenses del Frente Sandinista, cuando este partido era clandestino y la dictadura de Somoza controlaba el país.

Corina regenta en la actualidad un pequeño hospedaje denominado 'La Soñada', en una de las comunidades de Miraflor, al noroeste de Nicaragua. En este lugar lidera, junto a otros campesinos, la cooperativa 'Mártires y Héroes del Cebollal' y se encarga de formar a jóvenes y mayores.

Doña Corina
Corina sueña con enseñar a los jóvenes del campo, quiere promocionar la clase campesina nicaragüense desde los entornos rurales. Maestra de profesión, formó parte de la campaña de alfabetización realizada en los años 80, cuando cientos de nicaragüenses se echaron a las aldeas y comunidades para reducir los niveles de analfabetismo rural.

“No queremos que la gente se vaya del campo para ir a la universidad, sino que la universidad venga al campo”, destaca Corina, quien explica que la formación permite a las personas “tomar conciencia”. Doña Corina irradia una fuerza incombustible, cree en el poder del pueblo y piensa que la mujer, desde la campaña de alfabetización, es “más libre” en Nicaragua.

Cabe recordar que Nicaragua ha sido declarada por la ONU libre de analfabetismo. Ha sido un trabajo arduo, que se ha prolongado durante dos décadas y tiene como héroes a personas como Corina, que piensan que es necesario conocer para ser más libres. También es experta en nutrición, ha trabajado en las comunidades para disminuir los problemas de desnutrición de los vecinos.

Cuando comenzaron los primeros movimientos revolucionarios, Corina estaba casada, llevaba una vida en familia, tradicional, que cambió con el sandinismo. Con estos movimientos, según relata, llegó su “despertar”. En ese momento se separó y se entregó a la lucha por las libertades. Tuvo que enfrentarse a algunas dificultades, teniendo en cuenta que, por ejemplo, su marido le reprochó que “la maldita revolución” le quitó a su esposa.

En su trabajo, estuvo unida a la iglesia popular que, según aclara, “concibe a Dios de otra manera”. “Se trata de una iglesia formadora, cercana a los pueblos. Una iglesia alejada de la élite eclesiástica de Roma que siempre apoyó al campesinado”, lo que le ha permitido enraizar e la Nicaragua sandinista.

Se define como una mujer libre. “Estamos rompiendo los esquemas. Yo me defino como una mujer libre”, comenta Corina con una sonrisa, mientras señala que “no” ha recibido un “sólo centavo” del Gobierno para salir hacia adelante y “no” lo hará nunca.

Doña Corina nos acogió en su posada a los 15 integrantes de Jóvenes con América Latina, quienes pernoctamos en 'La Soñada'. Esa noche compartimos Ico, Manu y yo la cabaña del árbol, donde tuvimos la oportunidad de dormir! La cabaña, situada en las ramas de un árbol, nos regaló la oportunidad de dormir en las alturas, al refugio de la mamma tierra.