miércoles, 1 de diciembre de 2010

“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción”

Una de las bases de la sociedad nicaragüense son los jóvenes. Su implicación en la sociedad, a través de asociaciones y movimientos juveniles, es muy elevada. Sus conocimientos favorecen el desarrollo local, forman parte de la red de apoyo a las comunidades y las personas más empobrecidas.

Hay que destacar, por ejemplo, el papel que desempeñaron los jóvenes nicaragüenses en la campaña de alfabetización del país de los años 80, cuando miles de ellos partieron a las comunidades durante seis meses, con ayuda de jóvenes de otros países, y consiguieron que los niveles de analfabetismo pasaran de un 50 a un 12 por ciento.

Jóvenes sandinistas y jóvenes extremeños
 Nuestro contacto con los jóvenes ha consistido en varios encuentros con representantes de colectivos representativos del país, como los miembros de la Universidad Nacional Autónoma (UNAN) de Nicaragua y la Juventud Sandinista de la localidad de Estelí.

De estos encuentros destaco, sobre todo, la fuerza de los jóvenes sandinistas, su frescura, el concepto de solidaridad compartida que mantienen, su lucha por promocionar su comunidad -desde los barrios- para alcanzar un desarrollo equitativo.

Es la primera vez que me siento en una mesa con personas tan jóvenes, con edades que no superan los 18 años (¡incluso algunos de ellos con 13 años!) para debatir sobre los orígenes del capitalismo, los conceptos de la revolución y las estrategias para mejorar las condiciones de vida en comunidad. Se trata de jóvenes muy preparados, su dialéctica denota experiencia.

Su compromiso contrasta con el movimiento asociativo español, donde la inmovilización de los jóvenes, incluso de los universitarios, está generalizada. Es cierto que no se puede comparar la realidad que vive España en 2010 con la de Nicaragua, el segundo país más empobrecido de Latinoamérica, pero reivindico la búsqueda de nuevos movimientos  que generalicen el debate en España.

El trabajo de la Juventud Sandinista es constante, se organiza en las comunidades nicaragüenses desde nueve áreas de actuación diferentes, que abarcan los temas de género, diversidad sexual, deporte, desarrollo rural y medio ambiente, así como salud y movimiento cultural, entre otros. Cada una de estas áreas tiene un representante en los barrios, que fomenta actividades específicas en sus círculos e implica a sus vecinos en la vida en sociedad.

Los jóvenes, al igual que los dirigentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), defienden su derecho a organizarse en la política sin necesidad de hacerlo desde las bases del capitalismo. Están en su derecho de hacerlo y se muestran seguros de que el Frente Sandinista ganará las elecciones a la presidencia en los comicios nicaragüenses de 2011.

Todos tienen el mismo perfil: son jóvenes revolucionarios. “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción”, destacan algunos de los militantes que intervienen en el debate, en el que señalan que el desarrollo de Nicaragua debe estar sustentado en el pueblo y para el  pueblo.

Creen en las posibilidades de implicar a sus vecinos en la vida en sociedad y creen en la necesidad de mejorar la vida en las poblaciones nicaragüenses.
Profesor Fracisco Rosa (UNAN)

Este trabajo se vuelve indispensable en un país con un nivel de pobreza que roza el 50 por ciento, y de extrema pobreza de hasta un 10. Según nos ha explicado el profesor de la UNAN Juan Francisco Rosa durante nuestra visita a la su sede en Managua, extrema pobreza es de hasta un 14 por ciento.

En temas de alimentación, por ejemplo, los niveles de desnutrición representan el 20 por ciento, mientras que los casos de dengue son de 10,7 por cada 10.000 habitantes y los de tuberculosis representan un total de 3.9 casos por cada 10.000 habitantes.

Desde la universidad se fomenta la universalización de la educación y la lucha contra la pobreza. Nicaragua ha sido declarada “libre de analfabetismo” por la ONU, y el objetivo por el que luchan ahora las instituciones educativa generalizar unos niveles de estudio mínimos entre la población de, al menos, el sexto grado de primaria.

Así, por ejemplo, el movimiento estudiantil  de la Juventud Sandinista en la universidad dispone de brigadas que se organizan en este trabajo, en las que también trabajan para fomentar la salud de la población, como la prevención de la leptoporosis.

En el encuentro tomaron la palabra los dirigentes estudiantiles sandinistas, quienes me volvieron a sorprender su nivel de implicación en la vida universitaria y la sociedad. Son jóvenes comprometidos, que creen el cambio social de Nicaragua.

1 comentario:

  1. Hola Jesús soy Antonio el operador de cámara que sustituye Antonio en Europa,veo que te lo estás pasado genial y conociendo mucha gente, nada que disfrutes mucho.
    Un abrazo

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