viernes, 3 de diciembre de 2010

Doña Corina: Revolucionaria incansable

Revolucionaria de nacimiento y libre. Así se define Doña Corina, una mujer de 60 años que militó en las guerrillas nicaragüenses del Frente Sandinista, cuando este partido era clandestino y la dictadura de Somoza controlaba el país.

Corina regenta en la actualidad un pequeño hospedaje denominado 'La Soñada', en una de las comunidades de Miraflor, al noroeste de Nicaragua. En este lugar lidera, junto a otros campesinos, la cooperativa 'Mártires y Héroes del Cebollal' y se encarga de formar a jóvenes y mayores.

Doña Corina
Corina sueña con enseñar a los jóvenes del campo, quiere promocionar la clase campesina nicaragüense desde los entornos rurales. Maestra de profesión, formó parte de la campaña de alfabetización realizada en los años 80, cuando cientos de nicaragüenses se echaron a las aldeas y comunidades para reducir los niveles de analfabetismo rural.

“No queremos que la gente se vaya del campo para ir a la universidad, sino que la universidad venga al campo”, destaca Corina, quien explica que la formación permite a las personas “tomar conciencia”. Doña Corina irradia una fuerza incombustible, cree en el poder del pueblo y piensa que la mujer, desde la campaña de alfabetización, es “más libre” en Nicaragua.

Cabe recordar que Nicaragua ha sido declarada por la ONU libre de analfabetismo. Ha sido un trabajo arduo, que se ha prolongado durante dos décadas y tiene como héroes a personas como Corina, que piensan que es necesario conocer para ser más libres. También es experta en nutrición, ha trabajado en las comunidades para disminuir los problemas de desnutrición de los vecinos.

Cuando comenzaron los primeros movimientos revolucionarios, Corina estaba casada, llevaba una vida en familia, tradicional, que cambió con el sandinismo. Con estos movimientos, según relata, llegó su “despertar”. En ese momento se separó y se entregó a la lucha por las libertades. Tuvo que enfrentarse a algunas dificultades, teniendo en cuenta que, por ejemplo, su marido le reprochó que “la maldita revolución” le quitó a su esposa.

En su trabajo, estuvo unida a la iglesia popular que, según aclara, “concibe a Dios de otra manera”. “Se trata de una iglesia formadora, cercana a los pueblos. Una iglesia alejada de la élite eclesiástica de Roma que siempre apoyó al campesinado”, lo que le ha permitido enraizar e la Nicaragua sandinista.

Se define como una mujer libre. “Estamos rompiendo los esquemas. Yo me defino como una mujer libre”, comenta Corina con una sonrisa, mientras señala que “no” ha recibido un “sólo centavo” del Gobierno para salir hacia adelante y “no” lo hará nunca.

Doña Corina nos acogió en su posada a los 15 integrantes de Jóvenes con América Latina, quienes pernoctamos en 'La Soñada'. Esa noche compartimos Ico, Manu y yo la cabaña del árbol, donde tuvimos la oportunidad de dormir! La cabaña, situada en las ramas de un árbol, nos regaló la oportunidad de dormir en las alturas, al refugio de la mamma tierra.

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